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Cuando adquirimos un inmueble con el propósito de obtener rentas del mismo a manera de inversión, no siempre pensamos que puede ocurrir que tengamos que venderlo. Esto no tiene problema, pero debemos conocer las consideraciones que aplican si deseamos vender piso con inquilino.
No hay ninguna restricción para negociar un inmueble que esté bajo régimen de alquiler, e incluso ocupado por sus inquilinos. Lo que sí existen son ciertos derechos de parte de estos inquilinos que debemos respetar, ya que están amparados jurídicamente.
Lo primero que debemos puntualizar es que los inquilinos tienen derecho a disfrutar de la primera prioridad para optar por la oferta del inmueble que habitan. Esto quiere decir que debemos ofrecerlo en primera instancia a ellos antes de hacer pública cualquier oferta.
Para este trámite la ley otorga un plazo máximo de 30 días dentro de los cuales los inquilinos deben manifestar sus intenciones de comprar la vivienda y presentar una opción de compra cierta. Este plazo de derecho preferente de compra inicia una vez que sea comunicada formalmente la intención de venta, así como sus condiciones.
En el caso de que el inquilino no muestre interés en la compra del inmueble, es importante que esto también sea manifestado por escrito.
Debe especificarse la renuncia implícita a ejercer su derecho de compra preferencial, sobre todo si no han transcurrido los 30 días reglamentarios. De esta forma podrán iniciarse negociaciones con terceros sin temor a inconvenientes ocasionados por cambios de parecer de última hora.
Luego de agotarse el plazo reglamentario de ley para que el inquilino opte por la compra de la vivienda, debemos gestionar las visitas de los compradores potenciales en una residencia que está ocupada por terceros.
Pareciera una tontería, pero puede ser bastante complicado hacer coincidir las agendas de tres partes –vendedor, comprador e inquilino–, sobre todo si ha habido resquemores por la imposibilidad de compra de estos últimos. Lo mejor en estos casos es mantenerse flexible para no ocasionar males mayores.
El comprador querrá revisar todo el inmueble –como corresponde– y esto puede hacer sentir al inquilino un poco invadido en su privacidad. Recordemos que no es él quien desea vender el inmueble y toda interrupción de su rutina le puede resulta molesta o inoportuna.
Avisar con tiempo suficiente y no aparecer de improviso en la vivienda es muy recomendable para no crear roces que enturbien el proceso. Se pueden establecer una cierta cantidad de días al mes en horarios específicos ya preestablecidos, para así facilitar las visitas de los interesados y abrir un espacio para ello.
Los inquilinos deben saber que el cambio de propiedad no implica un riesgo en cambios abruptos en la condición del contrato de arrendamiento, ya que la ley estipula que el nuevo propietario tendrá que respetar lo existente en este respecto. Saber esto bajará bastante la intranquilidad que puedan sentir los arrendatarios.
Como vemos, vender piso con inquilino no es mayor problema siempre y cuando cumplamos con lo que estipula la ley de compra preferente. También hay que tomar en cuenta que los términos de la oferta que se presenten al inquilino deben mantenerse para los terceros.
Es importante tener esto muy claro ya que el inquilino puede impugnar la venta si conoce que esta ha sido negociada con otras personas en términos distintos, sobre todo si son más favorables. En ese caso, puede alegar que tenía derecho a evaluar esas nuevas condiciones antes que cualquier tercero.
En definitiva, se puede vender un piso con inquilino ya que no existen otras restricciones aparte de las ya explicadas. De hecho, muchos inversionistas prefieren que sea así ya que no tendrán un bache de ingresos mientras encuentran a quien alquilar el inmueble que adquieran.
Por supuesto que una de las consideraciones que harán al analizar la propuesta de venta será las condiciones bajo las cuales está registrado el contrato de arrendamiento. El monto del alquiler, el plazo del contrato y demás apartados del mismo determinarán cuán atractivo será nuestra propiedad para el que invierta.
Entonces, la respuesta corta es sí: sí puedo vender un piso con inquilino. La respuesta larga es que primero es menester cumplir con las formalidades legales que asisten al inquilino para proceder de forma correcta. Si existe una buena comunicación entre el propietario y el inquilino, seguro no habrá mayores inconvenientes.
De cualquier forma, es altamente recomendable asesorarse con especialistas en bienes raíces que puedan gestionar este proceso de vender piso con inquilino, de manera que el propietario no tenga que invertir tanto tiempo y esfuerzo para lograr su cometido.
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