Reunificar deudas sin hipoteca

Diferentes tipos de interés, diferentes plazos, diferentes cuotas, diferentes vencimientos. Aumenta el estrés. Reunificar todas las obligaciones pendientes bajo un solo compromiso que las sustituya puede darnos mucha tranquilidad y mejores condiciones crediticias.

Poco a poco, y prácticamente sin darnos cuenta, vamos financiando con créditos de diferentes tipos, gastos inesperados, mejoras en nuestro hábitat, reparaciones no presupuestadas, etc. Sin notarlo, de pronto tenemos una maraña de cuentas por cobrar con las cuales se complica lidiar.

¿Qué tal si convertimos todos esos diversos créditos en un único financiamiento que nos permita respirar prolongandos plazos y mejorando tipos de interés?

Esto es muy posible y además recomendado cuando llegamos a ciertos límites de complejidad en nuestra cartera de acreencias. Podemos lidiar mejor con esa madeja de giros por pagar, cuentas en la tarjeta de crédito y créditos de cualquier tipo, convirtiéndolos en un solo pago que negociemos favorablemente y a plazos manejables.

¿Cómo iniciar una reunificación de deuda?

Lo primero es hacer un balance o inventario de los compromisos que hemos adquirido a la fecha para tener una idea bien clara de cuánto estamos requiriendo para cancelarlas de inmediato.

En cada caso es conveniente considerar si la deuda está por extinguir y no vale la pena incorporarla al nuevo financiamiento, así como también tener presente las condiciones de cada una para evaluar su reunificación.

Al tener esta información podemos acudir a una institución crediticia que ofrezca este tipo de servicio para evaluar las posibilidades y tomar la mejor decisión. Actualmente son muchos los servicios que mediante la web que ofrecen estas posibilidades, agilizando tremendamente el trámite.

Sin duda será importante el registro crediticio que se tenga, así como la capacidad de endeudamiento que permitan los ingresos declarados. Si acaso figuramos en alguno de los sistemas de registro de morosidad, las posibilidades de reunificación pueden reducirse significativamente.

Igualmente será determinante la responsabilidad con la que hayamos afrontado hasta el momento las deudas vigentes y la relación de confianza que hayamos desarrollado con el acreedor de la mayor deuda que tengamos –nuestro acreedor principal–, ya que pudiese ser el primer candidato para plantearle una reunificación de deudas sin hipoteca.

Hay que tener siempre en mente que los entes crediticios valoran por sobre todas las cosas la intención de pago del deudor. Aun cuando podamos incurrir en impago en algún momento por alguna circunstancia, si mantenemos una comunicación fluida y expresamos nuestro firme propósito de honrar nuestros compromisos, siempre tendremos las puertas abiertas.

¿Es conveniente incluir todas las deudas en una reunificación?

Puede darse el caso de que no sea conveniente incluir parte de nuestras deudas en nuestro proyecto de reunificación de deuda sin hipoteca. Por ejemplo, si algún familiar, amigo o persona nos ha facilitado cierto dinero sin intereses y no tiene afán de recuperar de inmediato su capital, no es necesario que forme parte de la reunificación.

Otro aspecto a considerar es que algunas deudas prevén ciertas penalidades si son pagadas por anticipado, así que puede que no convenga que sea parte de una reunificación de deuda sin hipoteca. En este sentido, hay que ser pragmático y someter a evaluación cada deuda.

Las acreencias que debemos tomar en cuenta en primer término para reunificar, son las que hayamos contraído a plazos muy cortos y que, por lo tanto, nos exigen cuotas de altos montos, afectando nuestro flujo de caja. Precisamente para estos casos es ideal reunificar buscando contar con plazos más largos de financiamientos que alivien la carga mensual.

¿Quién se encarga de realizar la reunificación de deudas?

Hay organizaciones que ofrecen un tipo de interés preferencial por tener alianzas directas con los acreedores a quienes les cancelan directamente las deudas y dan paso al nuevo financiamiento. Esto es un valor agregado que también agiliza los trámites o gestiones necesarias para esta recontratación de crédito.

Sumamente importante es tomar consciencia de que cuando se toman este tipo de decisiones quizá sea producto de un manejo poco riguroso de las finanzas personales, por lo que debe servir para organizar mejor la economía familiar y evitar gastos superfluos y nuevos endeudamientos, al menos hasta superar el bache.

En definitiva, reunificar deudas sin hipoteca es un recurso muy valioso del que podemos echar mano para retomar el sano camino hacia el control de nuestras finanzas y dar un respiro económico a nuestras vidas.

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