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Para saber qué es la cartera de valores conviene acercarnos a lo que dicen sobre ella los que más saben. Y en este caso nos atrevemos a pensar que ese honor recae en la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Pues según la CNMV, el significado de cartera de valores es el conjunto de “activos financieros que posee una persona física o jurídica (acciones, bonos, fondos de inversión...)”. Y esta definición va un poquito más allá, ahondando también en que la composición de la misma “dependerá del perfil de riesgo del inversor y de sus preferencias por determinados mercados, sectores”.
Una vez hemos definido resumidamente qué es la cartera de valores, es el momento de explicar su funcionamiento. En cierto modo, se trata de algo similar a una cuenta bancaria. Sin embargo, en la también llamada cartera de inversión no se opera con dinero, sino con activos financieros. Eso sí, la cartera de valores debe estar vinculada a una cuenta corriente desde la que adquieres los títulos y en la que ingresas los beneficios por acción o los dividendos.
Seguro que estos conceptos te trasladan al mercado bursátil. Normal. Una cartera de valores es el instrumento necesario para que puedas operar en Bolsa. Sin él no es posible. Otro aspecto fundamental que debes conocer sobre cómo gestionar una cartera de inversión es que tendrás que trabajar con un intermediario, que es el que administra los valores o activos financieros con los que quieres invertir.
Este intermediario será el que te abra la cuenta de valores. Los primeros pasos que debes dar se centran en rellenar un formulario con datos personales y financieros. Junto al mismo se demanda que incluyas diversos documentos que acrediten los detalles que has incluido en el formulario. Por último, y para comenzar a operar, es el momento de que hagas un depósito inicial.
Antes de profundizar un poco más en qué es una cartera de valores, es importante que conozcas que tienes la posibilidad de seleccionar entre diversos tipos de intermediarios. Podrás elegir el que más confianza te ofrezca, aunque nunca está de más que tengas en cuenta también las comisiones que va a recibir cada uno de ellos por las operaciones que realice en tu nombre.
De esta forma, puedes elegir como intermediario a un agente de bolsa, es decir, a un bróker, que abrirá tu cuenta y realizará las operaciones llevándose, como decíamos, una comisión. Hoy en día tienes a tu disponibilidad la opción de elegir un bróker digital, que suele tener comisiones menores y simplifica bastante el proceso. El agente bursátil te podrá cobrar una comisión fija periódica o un porcentaje por cada operación.
La otra opción es seleccionar como intermediario a una entidad bancaria tradicional.
Por mucho que sepas qué es una cartera de inversión, no siempre es sencillo decidir de qué forma quieres gestionarla. Dependerá mucho de si deseas un mayor beneficio en un breve tiempo, que llevará consigo un riesgo, o si deseas mayor estabilidad, apostando por valores más seguros, pero que tienen un potencial de rentabilidad menor.
En función de estos aspectos, existen dos fórmulas habituales que definen cómo gestionar una cartera de inversión.
En esta apasionante aventura que es la cartera de valores es bueno seguir una serie de consejos que te ayudarán a conseguir una buena rentabilidad.
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