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Planificación patrimonial y cuidados a largo plazo son dos aspectos fundamentales para garantizar una atención médica adecuada en el futuro. A medida que envejecemos, es imperativo asegurarnos de contar con un plan financiero bien estructurado y los recursos necesarios para afrontar las necesidades médicas que puedan surgir.
El objetivo de la planificación patrimonial es proteger y gestionar los bienes y activos financieros de una persona, de modo que puedan ser utilizados de manera óptima tanto en vida como después de su fallecimiento. Esto implica la elaboración de un testamento, la asignación de poderes y la creación de fideicomisos, entre otros aspectos.
Por otro lado, los cuidados a largo plazo se refieren a la atención médica que se requiere conforme nos volvemos más dependientes y vulnerables. Estos cuidados pueden incluir servicios de atención domiciliaria, atención en centros especializados y asistencia médica personalizada. Sin una planificación adecuada, la carga financiera y emocional de estos cuidados puede recaer sobre los familiares y ser un desafío considerable.
Los cuidados médicos pueden resultar muy caros, especialmente cuando nos hacemos mayores. Y confiar en los servicios asistenciales públicos no es suficiente. La incertidumbre ante lo que vendrá y cómo se financiará la Seguridad Social, de la que dependen tanto nuestras pensiones como el sistema público de salud, hace necesario tener un plan de cara a la necesidad de financiar los cuidados que tal vez necesitemos en el futuro.
Existen diferentes estrategias para financiar los cuidados a largo plazo en la planificación patrimonial. Una de ellas es la consideración de seguros de dependencia. Estos seguros ofrecen cobertura económica para los gastos médicos y de cuidado en caso de necesitar asistencia a largo plazo.
Otra opción es la creación de fondos de ahorro o inversiones destinados a cubrir los costes de los cuidados médicos. Esta alternativa permite acumular capital de manera anticipada para afrontar los gastos futuros.
Además, muchas familias utilizan sus propiedades inmobiliarias como recurso económico, ya sea alquilándolas, vendiéndolas o a través de la nuda propiedad. Esto les proporciona una entrada adicional de ingresos o una forma de liberar capital para financiar los cuidados a largo plazo.
También es importante considerar productos financieros específicos para la tercera edad, como los seguros de renta vitalicia. Estos seguros garantizan unos ingresos regulares durante toda la vida a partir de la jubilación.
Una cuestión importante que hay que considerar a la hora de hacer una planificación patrimonial que tenga en cuenta la asistencia médica en el futuro tiene que ver con los poderes notariales. Esto no solo otorga seguridad jurídica, sino que ayuda a reducir la carga emocional de los seres queridos y los conflictos entre ellos a la hora de tomar decisiones.
Un poder notarial es un documento legal que otorga a una persona el poder de tomar decisiones en nombre de otra en caso de que esta última se encuentre incapacitada. Este poder notarial puede ser general, especial o preventivo, dependiendo de la extensión de los poderes otorgados y las circunstancias en las que se utilizará.
En este sentido, designar un apoderado para la toma de decisiones médicas implica elegir a una persona en la que se confíe plenamente para representar los intereses y deseos del individuo incapacitado. Esta persona puede asumir responsabilidades como decidir qué tratamiento médico se debe seguir, dar el consentimiento para cirugías o intervenciones médicas, gestionar los asuntos financieros relacionados con la atención médica, entre otros.
La cuestión es que no tener un poder notarial en situaciones de incapacidad puede tener graves consecuencias. Sin un poder notarial, los médicos y los servicios de atención médica pueden no tener claro quién tiene la autoridad para tomar decisiones médicas en nombre de la persona incapacitada. Esto puede llevar a demoras en la atención médica y conflictos entre familiares o cuidadores sobre qué decisiones son las más adecuadas.
Proteger tu patrimonio es una cuestión clave de cara al futuro, especialmente de cara a garantizar la atención médica que puedas necesitar. Para ello, hay varias cosas que puedes hacer.
En primer lugar, el uso de fideicomisos puede ser una opción inteligente, ya que nos permiten proteger nuestros activos y garantizar fondos para la atención médica futura. Un fideicomiso es una figura jurídica que permite la transferencia de bienes o derechos a una persona o entidad llamada fiduciario, para que los administre en beneficio de otra persona o entidad llamada beneficiario.
En España, se pueden establecer dos tipos de fideicomisos: el fideicomiso a plazo, donde la transmisión de los bienes debe realizarse en una fecha determinada, y el fideicomiso de sustitución hereditaria, que implica la designación de un heredero directo y otro indirecto en la posesión de la herencia.
Además, es importante evitar la venta directa de propiedades o activos para financiar los cuidados sin antes asesorarse adecuadamente. Un asesor financiero o legal especializado en planificación patrimonial puede guiarnos en el camino correcto y ayudarnos a identificar las mejores estrategias para proteger nuestro patrimonio mientras garantizamos nuestra atención médica. De hecho, existen otras opciones que pueden resultar mucho más rentables y eficientes, que no implican desprenderse de los activos.
Otra opción que merece la pena considerar es obtener un seguro médico. Si bien es cierto que los seguros de salud generales tienen un límite de edad de renovación (en torno a los 75 años, dependiendo de la póliza), también existen seguros médicos específicos para la tercera edad. En cualquier caso, conviene contratar este tipo de pólizas cuanto antes, ya que no cubren enfermedades preexistentes.
Por último, cabe destacar que el papel de la familia en la planificación patrimonial y cuidados a largo plazo es fundamental para garantizar una atención integral y adecuada a los miembros más vulnerables. La comunicación abierta sobre las expectativas y necesidades en cuanto a cuidados médicos a largo plazo es esencial para evitar malentendidos y conflictos. Además, la designación de roles y responsabilidades entre los miembros de la familia permite una distribución equitativa de las tareas y evita que recaigan sobre una sola persona.
La consideración de acuerdos familiares formales también es importante para evitar conflictos futuros. Estos acuerdos pueden establecer las expectativas de cada miembro respecto a la planificación patrimonial y el cuidado a largo plazo, así como los recursos financieros disponibles. Esto permite a la familia tener claridad sobre las decisiones que se deben tomar y evita disputas o malentendidos en el futuro.
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