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Hay que buscar opciones. La realidad es que los montos otorgados por las pensiones públicas se quedan cortas –cada vez por más– y aun cuando haya concluido la etapa productiva, hay que seguir viviendo. En esta búsqueda brota una luz ya que vemos a la banca española a favor de la hipoteca inversa.
La hipoteca inversa es una herramienta financiera orientada a personas de más de 65 años que poseen una vivienda propia totalmente pagada. Precisamente es el caso del 95 % de los españoles que llegan a su etapa de retiro.
Al recibir su primera pensión, nuestros pensionados empiezan a ver la dura realidad. Primero que nada, el monto otorgado es una fracción del último sueldo devengado. Esto de por sí ya es descalabro para su estilo de vida que deberá ajustarse a un nuevo presupuesto algo más restringido.
Además, poco a poco con el pasar del tiempo experimentará distintos escenarios tratando de lidiar con los embates de la inflación propia de la economía. Aunque este indicador no se desborde y se mantenga en niveles aceptables para quienes laboran, para el grupo de jubilados es un goteo que atenta contra su tranquilidad financiera.
La buena noticia es que estudios recientes arrojan que de este mismo grupo de personas que ya entran en su época de retiro, un 95 % posee una vivienda propia totalmente pagada.
Lo que asoma este dato es que la mayoría de nosotros hemos enfocado nuestros esfuerzos en adquirir un techo propio. Nuestra riqueza o patrimonio yace en ese inmueble. ¿Cómo sacar partido del mismo sin quedar en la calle?
Justamente esto es lo que viabiliza una hipoteca inversa. Es un préstamo otorgado al propietario de una vivienda en forma de un pago único, una renta por tiempo determinado o incluso puede negociarse una línea de crédito por cierto monto.
El propietario no debe abandonar su vivienda, y por ser una instrumento financiero diseñado para este target, está previsto que el reembolso del préstamo será exigible solo al ocurrir su deceso.
Por ello serán los herederos quienes decidirán bien sea hacer frente a la hipoteca con fondos propios, liquidar la vivienda para su cancelación –conservando para sí el remanente– o aceptar una hipoteca tradicional para honrar el préstamo y preservar el inmueble.
Este tipo de negociación incursionó en el mercado poco antes de la debacle inmobiliaria de 2008, por lo que hubo que darle una pausa a su mercadeo esperando tiempos mejores.
En abril de este año la Banca de España exhortó a las demás instituciones privadas a incluir en sus carteras de crédito este instrumento financiero, especialmente ofrecido a personas que superen los 65 años de edad.
Aunque se han hecho algunas alianzas para asegurar financiamientos e ir incrementando paulatinamente el número de negocios a futuro en el mercado inmobiliario, hay que decir que aún es muy tímida la participación en este sentido.
En una suerte de relanzamiento, se hacen ver los beneficios o ventajas que puede obtener un propietario que desea liquidar parte de su vivienda mediante la solicitud de una hipoteca inversa y lo que se espera es algo más de entusiasmo en el ofrecimiento de la banca privada en el mercadeo.
Quizá perciben un obstáculo cultural a superar, dada la renuencia que puede tener una persona mayor para asumir deudas de cierta cuantía. Sin embargo, es cuestión de hacerles comprender que están tomando parte del capital que lograron acumular durante su etapa productiva, lo que hace de esto una manera digna de proveerse de ingresos suplementarios.
El temor de las instituciones financieras radica en que al final les quede el trabajo que implica liquidar bienes raíces para seguir intermediando con capitales –la verdadera naturaleza de su negocio–, con todo lo que esto implica.
Cada caso es distinto, pero lo cierto es que los montos de estos préstamos hipotecarios ascienden en promedio a un 30 % del valor total del inmueble y el tipo de interés al final puede llegar a un 6 %.
Siendo así, los propietarios de inmuebles que requieran de complementar sus pensiones deficitarias pueden evaluar la posibilidad de aplicar por este tipo de financiamientos que usan su vivienda como prenda. Al fin y al cabo, en muchos casos esta representa su mayor patrimonio.
El Banco de España apuesta a esta herramienta de financiamiento, que junto a la cesión de nuda propiedad, viene a mitigar la problemática provocada por el colapso inminente de los sistemas de reparto aplicados para gestionar las pensiones públicas.
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