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Hay muchas situaciones que pueden provocar la copropiedad de una vivienda en la que alguna de las partes quiera liquidar. Al surgir dudas en este sentido, la mejor recomendación es ponerse en contacto con especialistas en la materia. Rentalias ofrece la mejor asesoría en el tema inmobiliario, incluyendo lo referente a invertir en nuda propiedad y renta vitalicia.
Los activos financieros cada vez adquieren mayor relevancia en los portafolios de inversión. Muchas personas se adentran en el mundo bursátil buscando multiplicar sus incipientes ahorros cautelosamente. Dentro de las opciones más seguras en la oferta de títulos está invertir en tesoro público.
Es bien sabido que los países no quiebran, por más crítica que esté su situación económica. Lo que puede sucederle a una empresa venida a pique nunca se verá en una nación establecida. Puede haber retrasos en los compromisos; sin embargo, siempre habrá un momento en que honre sus deudas.
Es así que podemos decir que los títulos, bonos y obligaciones –aunque tengan sus bemoles–son una buena decisión para hacer una base segura en cualquier portafolio de inversión. Por supuesto que también influirá cuál es el país emisor, para tener garantía de pago oportuno.
Los países –así como las empresas– también requieren de fondos para financiar su funcionamiento. En teoría, su fuente primigenia de ingresos proviene de la recaudación de los impuestos. No obstante, para acometer ciertos proyectos de envergadura puede apalancarse en la emisión de una serie de instrumentos que faciliten los recursos requeridos.
Grandes construcciones, proyectos de vialidad o de investigación, o infraestructura pública de gran calado, suelen ser motivo para la emisión de estos compromisos a futuro que asumen los Estados. Lamentablemente, no escapan los casos en que simplemente son usados para cubrir gasto corriente.
No en pocas ocasiones y de manera alarmante, los gobernantes de algunos países pretenden endeudarse para cubrir el gasto fijo del Estado. En vez de hacer recortes sensatos acuden a la emisión de deuda pública para salir del problema, propiciando el maligno déficit fiscal crónico.
Nadie puede gastar permanentemente más de lo que gana, ni siquiera los países. Esto se ha constituido en un mal pernicioso a mediano y largo plazo que causa estragos en los que recae dicha deuda: en su población.
La recomendación para el inversionista que incursiona en este tipo de instrumento es familiarizarse con los llamados índices macroeconómicos para poder decidir con criterio cuáles países merecen sus colocaciones. La regla general puede resumirse en: “país con déficit fiscal, país desechado”.
Los portafolios de inversión robustos y maduros se afianzan en la inversión en tesoro público en sus diferentes acepciones. Dependiendo del plazo en que pueden redimirse, estos instrumentos financieros se dividen en tres: títulos, bonos y obligaciones.
Aunque todos ellos son emisiones de deuda soberana, sus plazos diferencian los distintos objetivos de inversión. Por ejemplo, las letras son emisiones de muy corto plazo que vencen en periodos que pueden oscilar entre 3 y 18 meses.
Las letras de deuda pública se emiten con un valor nominal sobre el cual se hace un descuento al momento de adquirirlos, siendo esta diferencia el dividendo que reportarán al inversor una vez que sean pagados.
Cuando hablamos de bonos del tesoro nos referimos a emisiones a mediano plazo que vencen más allá de los 18 meses. A los bonos se les fijan normalmente vencimientos que van desde 3 hasta 5 años.
Funcionan algo distinto de los títulos, ya que se les adjudica una tasa de rentabilidad que es exigible periódicamente –trimestral, semestral, anual– por los tenedores. Decir que un bono paga un 10 % indica que cada cierto periodo reporta un dividendo de esta proporción con relación al valor nominal. Al vencer se recuperará íntegramente este valor nominal.
A este dividendo periódico se le llama cupón y los bonos generarán tantos cupones como periodos esté vigente el instrumento. Hay unos particulares que son llamados “bonos cero cupón”, que acumulan todos los dividendos para ser pagados solo al vencer el bono.
Por último tenemos las obligaciones, que son emisiones de deuda a largo plazo. Se estipulan vencimientos de 10 a 30 años para estas emisiones, las cuales ofrecen rendimientos acordes a cada plazo.
Todas estas emisiones de deuda alimentan el tesoro del Estado, y manejando estos recursos adicionales de manera asertiva y responsable, les abre las puertas a los países para procurar el desarrollo armónico de la nación.
Para todos los casos el índice conocido como “riesgo-país” influirá directamente en las negociaciones que ocurran en la bolsa. Este índice considera el ámbito macroeconómico, social e incluso político, para catalogar a todos los países del planeta en cuanto a la probabilidad de que cumplan oportunamente sus compromisos de deuda.
Comprar bonos del Estado es una estrategia acertada que muchos inversionistas aplican desde muy temprano para guarecer sus patrimonios. Muchas carteras de inversión aprecian los bonos estadounidenses más que todo por su garantía, ya que en realidad no son altamente rentables.
Si deseamos invertir en tesoro público debemos conocer algo de geopolítica que nos guie en nuestras decisiones; de lo contrario podemos correr riesgos o dejar pasar oportunidades. Comprar letras del tesoro español es una opción que no debemos desdeñar, tomando en cuenta sus prestaciones.
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