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Comprar una vivienda es sin duda un momento importante y esperado de todas las personas que aspiran a ser propietarios de su propio techo. Para cumplir ese sueño la gran mayoría acude al financiamiento hipotecario. Este es un medio preponderante para concretar este propósito.
Cumplir con los requisitos para la solicitud de un crédito hipotecario puede ser demandante; sin embargo, el escollo más grande a vencer para parejas jóvenes y los que individualmente buscan comprar una vivienda, es contar con los fondos necesarios para cubrir lo que normalmente no es abarcado por el financiamiento.
Es bien sabido que las hipotecas tradicionales ofrecen generalmente 70%, y en el mejor de los casos 80% del valor del inmueble, por lo que el o los compradores deben disponer del resto para concretar la negociación.
Sin embargo hay excepciones en las cuales la institución bancaria o financiera puede llegar a ofrecer una hipoteca cien por cien, ofreciendo la posibilidad de adquirir el inmueble aun cuando no se posea ningún capital para la negociación.
Estos casos a veces son propiciados por la misma institución bancaria o crediticia, sobre todo cuando se trata de inmuebles que forman parte de su inventario de propiedades, bien sea que hayan sido producto de remates o embargos, o que simplemente hayan tenido cierta dificultad o rezago para ser colocadas en venta.
En otras oportunidades simplemente el solicitante de las hipotecas al cien por cien es tan solvente que se le otorga el valor completo de la vivienda por vía de excepción. Por supuesto que influirán mucho las constancias que certifiquen los ingresos que presente el solicitante y el tiempo durante el cual los haya percibido.
La práctica de otorgar financiamientos que oscilan entre 70 y 80 % del valor de mercado del bien inmueble tiene su razón de ser. Lo primero es que, de esta forma, la entidad que ofrece el crédito se cubre de variaciones que pueda presentar el mercado y que deprecie o afecte negativamente el valor del bien sujeto a la hipoteca.
Lo que dictan las reglas financieras –y la lógica también– es que lo que dedique un grupo familiar o un individuo a la amortización de una deuda hipotecaria y, en general, a los gastos de vivienda, no debería exceder el 35 % de los mismos.
Teniendo algún capital que represente entre un 20 o 30 %, se amplía el rango de precios al cual el comprador puede acceder, tomando en cuenta lo indicado arriba. En cualquier caso, el comprador que requiere de este tipo de hipotecas al cien por cien tendrá que tomar en cuenta esta limitación para sus pretensiones.
Además de la posibilidad de explorar cuáles son los inmuebles que la entidad financiera está dispuesta a ceder otorgando 100 % de su valor bajo la figura del préstamo hipotecario, también el interesado en comprar puede intentar otra cosa.
Si el propietario actual del inmueble está dispuesto a vender por debajo del valor de mercado por alguna circunstancia, entonces esto favorecerá el otorgamiento de una hipoteca del tipo que nos referimos.
Es así como la negociación previa entre el vendedor y el interesado en la compra puede ser vital para optar por este crédito inmobiliario extendido. Queda de parte del comprador buscar oportunidades que entren en este escenario para aprovechar todas sus oportunidades.
En no pocas ocasiones se pueden encontrar inmuebles en litigios jurídicos y otros tipos de situaciones que se estén tratando de vender lo más pronto posible por alguna razón y, debido a esto, el o los vendedores están dispuestos a sacrificar valor por prontitud.
Estamos totalmente de acuerdo en que lo ideal es planificar la acumulación de algún capital con cierta anticipación para cuando se decida iniciar la búsqueda de un piso propio, pero si acaso nos llega el momento sin esa ventaja, entonces podemos apelar a las hipotecas al cien por cien para resolver la situación.
Un articulo muy interesante. Gracias por la información. Saludos.