El 95% de los jubilados cuenta con una vivienda en propiedad

Estudios recientes confirman algo que quizá por intuición ya sabíamos: muchas personas tienen como principio dedicar buena parte de sus ingresos para poseer un inmueble. También es cierto que la gran mayoría tiene la motivación de usarla como residencia, por lo que tenemos que son muchos los jubilados con vivienda en propiedad.

Cuando profundizamos en lo que conocemos como planificación de finanzas personales, adquirir una vivienda para fines de uso propio no podemos considerarlo una inversión ya que no recibiremos renta alguna de ella; al contrario, seguramente nos exigirá recursos para su mantenimiento.

Por supuesto que la mencionada publicación no niega la necesidad de refugiarse junto a la familia en un techo seguro, pero sí aconseja evaluar todas las opciones antes de embarcarse en una hipoteca que atrapa recursos recurrentemente a largo plazo.

Aun así, esto no ha impedido que definitivamente sea el lei motiv para un 95 % de la población que ha llegado a su etapa de jubilación con una vivienda propia en su balance personal.

Una vivienda propia es motivo de celebración

No hay que quitarle méritos a este hecho, ni desdeñarlo en lo absoluto. Al contrario, debe ser motivo de orgullo y celebración.

Aun así, queda la duda de hasta dónde se ha podido llegar si se hubiesen dedicados esos dineritos pagados en hipotecas a inversiones que los multiplicaran y que eventualmente nos permitieran convertirnos en propietarios pero sobre la base de dividendos.

En cualquier caso –y dicho con sinceridad–, hay un logro importante que han alcanzado casi la totalidad de la comunidad de los pensionados. No obstante, haber recorrido la etapa productiva y tener en el bolsillo solo este inmueble sin haber cultivado la producción de ingresos pasivos, los deja en desventajas importantes para enfrentar los últimos años de vida.

Gozar de una pensión es algo bueno, pero no maravilloso. La misma siempre se estipula como un porcentaje del último sueldo alcanzado, lo que ya viene a medrar un poco la calidad de vida –cualquiera que esta sea– de la que se venía disfrutando. La inflación natural de la economía es otro animal al acecho que estos jubilados deben mantener a raya para llegar a fin de mes.

Como vemos, empieza todo a apuntar que a falta de educación o disciplina financiera, las necesidades de los años dorados parecen rebasar los recursos de los que solamente lograron ser propietarios de la vivienda donde residen.

El plan de retiro está representado por el inmueble donde habitan

Como seguramente ya se sospecha después de leer las líneas anteriores, su capital acumulado o plan de complemento de ingresos está representado precisamente por el inmueble donde habitan. La buena noticia es que hay maneras para obtener liquidez de ella sin correr con todas las consecuencias que en principio pueden ser de temer.

Vendiendo el inmueble obtiene liquidez pero queda sin residencia en el peor momento, a menos que lo que venda sea la nuda propiedad.

Sí, vender la nuda propiedad le permite a los pensionados lo mejor de los dos mundos: liquidar progresivamente lo que es su capital ahorrado de por vida y mantener su residencia de forma vitalicia.

Puede que no se trate de la forma más elegante de manejar financieramente la situación, pero con toda seguridad es la más digna y la más práctica: aprovechar los recursos acumulados para procurarse una vejez en donde haya una relativa libertad económica.

Los herederos pueden pensar que están perdiendo el más preciado elemento del legado económico de sus padres, pero hay que caer en cuenta que aún sus vidas necesitan de recursos por un tiempo que puede prolongarse a más de 20 años –considerando la esperanza promedio de vida–, de los que quizá ellos no estén en condiciones de cubrir ni siquiera una fracción.

Planificar mejor la próxima vez

No cabe duda de que si esa persona jubilada que llega a la conclusión de que su mejor opción es negociar la nuda propiedad de su inmueble volviese a nacer, es muy posible que se dedique a estudiar algo más de finanzas y a mover sus ingresos para procurar inversiones exitosas que en una segunda vida le permitan conservar la plena propiedad de su residencia.

No obstante, mientras esperamos esta resurrección idealizada, vemos que la mayoría de ese 95 % de jubilados con vivienda en propiedad se ha dado cuenta de cómo sacar partido -de la mejor manera- de ese patrimonio inmobiliario que han atesorado durante su vida productiva. No en balde el negocio de la nuda propiedad sigue viento en popa.

Consulte nuestras viviendas de nuda propiedad

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