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La jubilación es una etapa de la vida en la que queremos disfrutar sin preocupaciones económicas. Pero si todo depende de lo que nos queda de pensión y de los servicios públicos de salud y asistencia, puede no ser tan fácil. De ahí la importancia de realizar una buena planificación financiera para asegurar la estabilidad económica durante esta etapa. En este artículo veremos algunos consejos prácticos para mejorar tu salud financiera en la jubilación.
Aumentar los ahorros para la jubilación implica dos cuestiones: reducir el gasto e invertir. Una de ellas es la gestión del gasto, que consiste en controlar y reducir los gastos innecesarios para destinar más dinero al ahorro. De esto hablaremos con más detalle más adelantes.
Además, una opción interesante es el alquiler de propiedades para generar ingresos adicionales. Esto permite aprovechar el valor de una propiedad en desuso y obtener una renta mensual que contribuya a los ahorros.
Otro aspecto a considerar son las inversiones conservadoras, como los bonos del estado o las cuentas de ahorro con buenas tasas de interés. Estas opciones proporcionan seguridad y una rentabilidad estable a largo plazo.
Asimismo, es importante tener en cuenta la planificación fiscal. Mantenerse informado sobre los beneficios y obligaciones fiscales en España es esencial para maximizar los ahorros y reducir la carga tributaria. Cuanto más conocimiento se tenga sobre las diferentes opciones fiscales, más posibilidades habrá de optimizar los ahorros.
Por otro lado, es fundamental aprovechar al máximo los beneficios sociales que están disponibles para los jubilados, como descuentos en transporte, ocio y servicios. Esto permitirá ahorrar dinero en diferentes aspectos de la vida diaria.
Por último, una estrategia adicional es la venta de bienes no esenciales. Aquellos objetos o propiedades que ya no se utilizan pueden ser vendidos para obtener una suma de dinero extra que se destine a los ahorros.
Para asegurar una jubilación cómoda y segura, una de las estrategias más efectivas es llevar un presupuesto detallado y controlar tus gastos. Tomarse el tiempo para establecer un presupuesto y controlar tus gastos te ayudará a aumentar tus ahorros de cara a la jubilación y a tener una mayor tranquilidad financiera en el futuro.
El primer paso para esto es tener claro cuáles son tus ingresos y gastos mensuales. Luego, debes analizar detenidamente tus gastos e identificar aquellos que podrías reducir o eliminar por completo. Una vez que hayas identificado estos gastos, establece un límite máximo para cada categoría y trata de cumplirlo rigurosamente.
También es importante establecer objetivos de ahorro alcanzables. Esto te ayudará a mantener la motivación y estar enfocado en aumentar tus ahorros. Puedes establecer metas mensuales, trimestrales o anuales, dependiendo de tus circunstancias y nivel de ingresos.
Además, considera automatizar tus ahorros. Esto significa que una parte de tus ingresos se destinará automáticamente a una cuenta de ahorros o inversión, sin que tengas que hacerlo manualmente. Esto te ayudará a ahorrar de manera constante y disciplinada.
La reducción de deudas en la jubilación es un objetivo importante, ya que los ingresos durante esta pueden ser limitados y la posibilidad de tener gastos imprevistos es bastante elevada. En esta situación, tener deudas significativas puede dificultar la capacidad de mantener un nivel de vida cómodo
Una de las primeras medidas que se pueden tomar es revisar las deudas existentes y determinar cuál es la más prioritaria para pagar. Es posible que algunas deudas, como las hipotecas, puedan tener beneficios fiscales o tasas de interés más bajas, por lo que puede ser más prudente enfocarse en pagar otras deudas con tasas de interés más altas, como las tarjetas de crédito.
Otra estrategia es buscar formas de reducir los gastos y destinar ese dinero extra al pago de deudas. Esto puede incluir ajustar el presupuesto mensual, buscar opciones más económicas para algunos gastos o incluso considerar la posibilidad de vender algunos activos para obtener ingresos adicionales.
También es importante evitar incurrir en nuevas deudas durante la jubilación, ya que esto puede comprometer aún más la capacidad de reducir las deudas existentes.
A pesar de que la jubilación supone cierta incertidumbre económica, también es cierto que los jubilados tienen exenciones y descuentos fiscales que les ofrecen ventajas financieras. Por ejemplo, aquellos que reciben la pensión mínima no están obligados a presentar la declaración de la Renta si sus ingresos anuales no superan los 22.000 euros. No obstante, para los que tengan ingresos adicionales, como planes de pensiones privados u otras rentas, el límite para no presentar la declaración se reduce a 14.000 euros.
Pero también hay que tener en cuenta que no presentar la declaración puede dar como resultado la pérdida de deducciones, reducciones fiscales y la posibilidad de recibir una devolución de impuestos. Por lo tanto, aunque no sea obligatorio hacer la declaración de la renta en algunos casos, puede que merezca la pena hacerlo.
Uno de los mayores beneficios fiscales para los jubilados está relacionado con la vivienda. En muchos ayuntamientos, los jubilados pueden obtener descuentos significativos en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que pueden llegar al 75% en algunos casos, con un límite de 300 euros.
Además, los jubilados están exentos de pagar impuestos por la venta de su vivienda habitual. Esto contrasta con las tasas impositivas que se aplican a la venta de viviendas para aquellos que no están jubilados, que varían desde el 19% hasta el 26% según las ganancias obtenidas.
Es importante destacar que si una persona cercana a la jubilación planea vender su vivienda y utilizarla como una especie de segunda pensión, es conveniente esperar hasta jubilarse para aprovechar esta exención fiscal.
Además de la vivienda, al llegar a la jubilación, los jubilados pueden disfrutar de otras ventajas fiscales al vender activos, como viviendas no habituales, acciones, fondos o negocios. Los ingresos obtenidos en estas transacciones están libres de impuestos si se reinvierten en la constitución de una renta vitalicia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la constitución de la renta vitalicia debe realizarse en los seis meses posteriores a la venta, y el máximo exento de impuestos es de 240.000 euros. Los impuestos que se deben pagar sobre la renta vitalicia varían según la edad del jubilado, y son más bajos a medida que se envejece.
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Referencias consultadas para realizar el artículo:
https://institutosantalucia.es/wp-content/uploads/2023/09/c10_longevidad_y_ahorro.pdf
https://www.cemad.es/wp-content/uploads/2022/12/08_GLORIA_ALONSO_Y_COLS-179.pdf
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