Aportaciones periódicas a fondos de inversión | ¿Cómo invertir correctamente?

La mejor manera de sacar provecho a nuestros ahorros y excedentes de liquidez recurrentes es colocarlos en inversiones rentables, y en este artículo nos concentraremos en evidenciar los pros y contras de las aportaciones periódicas a fondos de inversión.

Como casi todo en la vida, la primera pregunta que debemos hacernos es cuál es propósito de la inversión que deseamos realizar. Esta respuesta nos dará muchas pistas acerca de lo que nos favorecerá y se adecuará a nuestras pretensiones; por ejemplo, no es igual alguien que proyecta su posible rentabilidad a unos meses que otra persona que estira ese horizonte a su retiro.

Lo primero que es pertinente puntualizar es que para los legos en inversiones quizá la mejor opción sea hacer aportaciones periódicas a fondos de inversión. Esto garantiza una mitigación del riesgo asociado al ambiente bursátil dado que precisamente las rentabilidades ofrecidas serán producto del rendimiento promedio de un grupo de empresas.

Aportaciones periódicas a fondos de inversión: los huevos en varias canastas de forma productiva

Aunque nuestro dinero alimenta un único fondo de inversión, este conseguirá un equilibrio entre las colocaciones para cumplir con el beneficio prometido dentro de lo posible.

Dicho esto, entremos en el tema de la periodicidad de los aportes. Aquí sin duda tenemos que atenernos a la intención de inversión deseada.

Por ejemplo, si queremos invertir un capital con el que buscamos la mejor rentabilidad en un tiempo corto, entonces estamos apostando a ganar apoyándonos en la especulación; es decir, aprovechar una coyuntura o circunstancia de la que saquemos rápidamente réditos.

Por supuesto que en este escenario estaremos dispuestos a correr un alto riesgo a favor de obtener alto rendimiento en corto plazo. Correr riesgos de este calibre supone que ese dinero no es indispensable en nuestro presupuesto, por lo que normalmente es una fracción no muy significativa de nuestro capital total dispuesto para inversión.

Si este es el caso, habría que hacer el aporte completo de la inversión, para así ligar el golpe de suerte y sacar partido de la colocación.

Eso sí, otra cosa muy distinta es cuando estamos invirtiendo con la mirada a mediano y largo plazo.

Corto, mediano y largo plazo

Definamos mediano y largo plazo, entendiendo como corto plazo aquellas inversiones de un año o menos. Podemos decir que queremos invertir a mediano plazo cuando podemos diferir la toma de beneficios en un lapso que se ubica alrededor de cinco años. En el caso del largo plazo estamos hablando de plazos mayores de 10 años.

Así las cosas, sabemos que para las inversiones a mediano o largo plazo quizá convenga la entrega del capital en aportaciones periódicas. Hacerlo de esta manera evita el riesgo de iniciar la inversión con montos de mercado exageradamente altos, que supongan un peso difícil de superar en el propósito de perfilar rendimientos aceptables.

Si por ejemplo hacemos un aporte de inversión de 10 000 euros, cabe la posibilidad de que prontamente se desplomen las cotizaciones y entremos en un marasmo que lleve mucho tiempo superar.

En cambio, si se hicieran aportaciones periódicas a fondos de inversión, entonces gozaríamos de la ventaja de comprar a varios precios y obtener una cartera con el costo promedio que va arrojando el mercado.

¿Todo o poco a poco?

Como hemos indicado, lo anterior aplica para inversiones de mediano y largo plazo. Esa dispersión en el tiempo de nuestra inversión aminora el riesgo de entrar muy alto y caer muy pronto, con toda la afectación que esto puede implicar para alguien que recién se inicia en estas lides.

Hacer inversiones especulativas es un área que requiere una experticia que no todo el mundo adquiere, a menos que dedique años al tema bursátil. No cabe duda que algunas personas se lucran con cierta efectividad con este enfoque, pero normalmente arriesgan capitales que no hacen mella a su patrimonio global. Si ganan, bien; si pierden, no significa un descalabro.

Entregar todo el capital o hacerlo paulatinamente va a depender directamente del propósito por el cual accedemos a invertir. Ahora bien, es necesario aclarar que no es buena idea incursionar en los mercados especulativos cuando no tenemos idea de cómo funciona la dinámica; sería un completo acto de fe que puede dejarnos mal parados.

Por ello podemos decir que para la mayoría de los casos es mejor planificar una inversión ordenada y esparcida en el tiempo con aportaciones periódicas a fondos de inversión que tengan el suficiente respaldo y reconocimiento, para entonces sentirnos seguros y lograr los objetivos que nos tracemos a mediano y largo plazo.

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